No sé si me lo envió para hacerme ver que lo me propongo no va a ser un camino de rosas (cosa que ya sé) o para quitarme mi idea la cabeza. Y es que el titular, de primeras, es demoledor. Pero claro, ya sabemos cómo es esto de la prensa y lo fácil que es sacar las cosas de contexto.
Lo que se proponía Samanta con su libro era hacer visible el tema de la donación de óvulos, un tema tabú del que no se habla. Y es que muchas parejas llegan a ser padres renunciando a su propia carga genética gracias a la generosidad de otras personas. Renunciar a que tus hijos sean "realmente tuyos" conlleva superar un duelo que sólo lo sabrá quien lo haya vivido. Y es un duelo que se sufre en la soledad obligada por el secretismo que rodea esta técnica de reproducción asistida. Quiero aclarar que entrecomillo "realmente tuyos" porque, aunque en lo estrictamente genético quizás no lo sean, creo firmemente que lo son, como no puede ser de otra manera.
Desviar el debate hacia la pérdida o no de calidad de vida después de la maternidad no sería escandoloso si no fuera porque no han faltado malas críticas e insultos hacia una mujer que no ha hecho más que contar su experiencia sin adornos ni falsedades. Y así, sin quererlo y teniendo que soportar que la llamen de todo, ha abierto un debate también necesario: la dureza de la maternidad.
Parece que como mujeres estamos obligadas a llevar casa, trabajo, vida social y maternidad con una sonrisa siempre en los labios y contando lo maravillosa que es la vida. Y no siempre es así. Lo maravilloso son los momentos, no la vida. La vida es dura y quien diga que no, miente. Y siendo madre en una sociedad como la nuestra es más dura aún. Es así, lo sabemos todos. ¿qué hay de malo en decirlo?.
Si para cualquier decisión, por pequeña que sea, intentamos sopesar los pros y los contras, la maternidad no iba a ser menos. Las bondades ya las conocemos; también es necesario que nos cuenten los inconvenientes. Que una madre los verbalice públicamente no hace disminuir el amor por sus hijos.
¿No suele decirse que "sin sufrimiento no hay gloria"? Pues eso, no habrá mayor gloria que criar a tus hijos aunque se sufra por el camino.
Y después de todo esto, debo deciros que cuando leí ese titular me dio un pequeño bajón inexplicable. Inexplicable porque es algo que sé de sobra: la maternidad es dura.
Pero si es tan dura como dice y ella tiene pareja, imaginaos cuando pretender tener un hijo sola.
Ya se me ha pasado ese bajoncillo y estoy dispuesta a leer su libro, que, por cierto, podéis comprar en Amazon pinchando en la imagen.
