domingo, 31 de marzo de 2019

100€ por madre trabajadora- Modelo 140. Cómo pedirlo por internet

Como ya sabéis, una de las pocas ayudas a la maternidad que existen es una deducción de 1200 euros al año hasta que el niño cumple los 3. Esta cantidad puedes elegir cobrarla de una vez, en la campaña de la renta; o dividida en 12 meses a razón de 100€ al mes. Esta última es el abono anticipado y se solicita con el Modelo 140 de la Agencia Tributaria. Este Modelo se puede descargar desde aquí:



Pedirla es muy fácil y se puede hacer de tres formas. Yo aquí os voy a explicar la forma telemática, aunque también podéis hacerlo:

  • Telefónicamente, llamando al 901 200 345 y comunicando NIF, nº de cuenta bancaria, nº de afiliación a la Seguridad Social o Mutualidad, si trabaja, e importe correspondiente a la base liquidable general de la declaración del IRPF de cada ejercicio. Además es necesario aportar los datos del registro civil que figuran en el libro de familia.
  • Por correo dirigido a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (apartado de Correos FD número 30.000, Delegación Provincial)
  • Presencialmente en cualquier Delegación o Administración de la Agencia Tributaria. 
Aunque la opción del teléfono parece cómoda y fácil a mí me gusta más la telemática, aunque para esta tendrás que tener certificado digital o estar inscrita en el sistema Cl@ve.

Es muy fácil. Entra a www.agenciatributaria.es y métete en la Sede Electrónica. En la columna donde vienen "Todos los Trámites", pincha en "Beneficios fiscales y autorizaciones" y una vez ahí, en "Impuesto de la Renta sobre Personas Físicas". Esta es la ruta a seguir, pero puedes poner "Modelo 140" en el buscador o, simplemente, pinchar aquí y te lleva directamente.

Verás que la primera opción es lo que buscamos, el modelo 140, pues debes pinchar en la @ de Trámites y ya puedes acceder al link de PRESENTACIÓN Y VARIACIONES DEL MODELO 140.



A partir de aquí es necesario el certificado digital o la Cl@ve para continuar. Una vez que metes tu usuario y contraseña aparece un formulario que tendremos que cumplimentar y ¡voila!...ya está solicitado.

Se puede consultar el estado de la solicitud en la misma página, en el apartado de "consultas", pero ya os digo que cuando lo validan y lo aceptan os mandan un sms al móvil.

Funciona muy bien y todo sin movernos del sofá.

No sé si dependerá del momento de la petición, pero a mí me lo ingresan sobre el día 20 de cada mes.

lunes, 25 de marzo de 2019

Parto (inducido). Hospital de Torrejón

Bien, no sé lo que tardaré en escribir esta entrada porque el tiempo que me deja el peque es escaso, pero voy a intentarlo

No voy a mentir, ha sido un poco traumático. Ya os dije que me lo inducían y sabía que iba a ser largo.

Además, empezamos mal, pues el día que me habían programado el ingreso para la inducción resultó que estaban saturados y me mandaron a casa diciéndome que volviera al día siguiente. Os podéis imaginar la cara que se me quedó. Todo preparado, mi madre con los días pedidos en el trabajo, el trabajo mental que supone, etc...y me dicen que me vaya a casa. Pero...¡vamos a ver!...me decís que me adelantáis el parto para evitar riesgos y ¿ahora me mandáis a casa?. En fín...corramos un tupido velo.

Total, que volví al día siguiente y me tuvieron un buen rato en monitores (yo ya pensando que me iba a pasar lo mismo que el día anterior) y después me pasaron a la sala de dilatación. Como era una inducción y la cosa se alargaría no era plan de tener una sala de dilatación ocupada hasta ni se sabe cuando, así que me pusieron propex ese, que son las prostanglandinas famosas y me subieron a planta. A esperar tocaba.

Yo estaba tan pichi y tan a gusto en la habitación individual que tiene el Hospital de Torrejón. Siempre con mi madre, que fue la que me acompañó en todo momento. A eso de las 23:00 rompí aguas. Fue muy curioso porque sentí perfectamente como se rompió la bolsa. Noté como un "plop" en un lateral de la barriga y acto seguido se abrió la compuerta sin poder cerrarla. Estaba en la cama y se puso todo perdido, claro.

Llamé a la enfermera y al rato me bajaron a la sala de dilatación. Allí empecé a notar las contracciones. Y yo preocupada que estaba por si no sabía lo que era una contracción...JA...se sabe, se sabe. Las primeras se aguantan, pero según pasa el tiempo...¡que dolor!
Quería aguantar lo más posible sin epidural porque no quería que retrasara el momento del expulsivo, pero cuando llegué a 5cm de dilatación no podía más y la pedí.

El matrón y la auxiliar que había en ese momento eran un encanto (bueno, en general, todos fueron un encanto) y me lo explicaron todo super bien. Pero cuando bajó el anestesista...¡ay! ...que tío más imbécil. Nada más verle se le notaba una chulería y una altanería que daba asco. La pobre auxiliar temblaba dándole el material y algún comentario despectivo le dijo a la pobre. Cuando se fue, hicieron los dos algún comentario, así que debía ser conocida su "simpatía" en todo el hospital.

Bien, pues cuando me lo explicaron me dijeron que si me venía una contracción en ese momento, que no me preocupara, que lo dijera y ellos paraban y pincharía después. ¡JA!. Eso hice: avisé de que me venía una y el imbécil del anestesista me dijo que la aguantara. Pero...¡¡¡como se aguanta eso!!!.Pues no sé como lo haría, pero la aguantaría porque me pinchó.

Aunque, ¿sabéis qué?. Que me pinchó mal. Al principio me quedé en la gloria bendiciendo la epidural, pero a los 10 minutos empecé a notar algo de dolor. Pensé que sería normal, que la epidural no lo iba a quitar todo y seguí esperando. Pero cada vez iba a más y en una de esas que entró el matrón se lo comenté. Me dijo que debería notar presión pero no dolor. Aquello era dolor del bueno y cada vez más fuerte. Se extrañó y me dio un chute más fuerte.
Esperamos 10 minutos y seguía igual o peor. Me inyectó algo, que no me dijo que era, y a esperar otros 10 minutos. Pero yo seguía igual.
Al final, después de varios intentos, decidió llamar al anestesista. Yo creo que le daba miedo llamar al chulo ese y a mí tampoco me hacía mucha gracia. Menos mal que bajó una mujer, un encanto. Me quitó lo que el chulo me había puesto y me volvió a pinchar. Y ahí ya sí, ya pude descansar más o menos tranquila.

Y digo más o menos porque las contracciones se van a la zona anal y parecía que se me iba a salir todo por ahí. Notaba una presión increíble. Así tengo ahora las hemorroides...

La cosa es que empecé a dilatar muy lento. Cada 4 horas, 1cm o así.
Cuando estaba de 8 más o menos la matrona decidió empezar con los pujos. No sé qué hora sería.
Con cada contracción tenía que hacer dos pujos. Las contracciones con la epidural no duelen, pero sí notas cierta presión y es en ese momento cuando hay que empujar.

La matrona me decía que estaba todo fenomenal, que el canal del parto era ancho y que el niño estaba ya ahí y tenía sitio de sobra, que si iba a querer un espejo para ver el expulsivo, bla bla. Me lo pintaba tan fácil que yo pensaba que iban a ser 4 pujos y para fuera.

Ah, por cierto. Me dijeron que la oxitocina se intentaba no poner, pero que en mi caso me pondrían una cantidad bajita. Vale, bien...pues la fueron subiendo y subiendo y para mí que lo de "cantidad bajita" no se cumplió. Pero bueno, eso me da igual, por algo sería.

Bien, pues llegaron las 9 de la noche. Cambio de turno. Entró una nueva matrona, que me exploró, miró el monitor y me dijo que intentara llegar a 3 pujos con cada contracción. Yo ya estaba muy cansada. Al poco rato la matrona salió de la sala y cuando volvió entrar venían con ella la ginecóloga, la auxiliar, el pediatra, el primo del pediatra....se llenó la habitación de gente que hablaban bajito entre ellos y, claro, ya supe que algo iba mal. Por mucho que ellos me dijeran que era protocolo, a mí ya me habían dicho en las charlas de pre parto que el gine solo entra cuando hay algún problema.

Vi como empezaron a montar una mesita auxiliar con un montón de material. A partir de ahí fue la gine quien dirigía el parto. Me dijo que intentara llegar hasta 4 pujos con cada contracción. ¡¡CUATRO!! ¿Cuándo se supone que tenía que respirar?

Nada, que no salía y yo notaba algo "asomando"

A todo esto, mi madre, que al principio estaba de frente para verlo, acabó en el lateral de mi cama con cara de susto.

Decidieron usar la ventosa. Se perdía el vacío y se soltaba. Oía el "plop" perfectamente. Llegaron a usar hasta 3 ventosas.

Al final ya me dijeron que empujara sintiera o no sintiera contracción. Es decir, en todo momento, casi sin respirar. Ya no podía más...no sé de donde sacaba las fuerzas.

En una de esas escuché que alguien dijo algo, no sé el qué, y la gine dijo "lo he visto" y acto seguido cortó. No sé qué fue lo que cortó pero yo pensé que episiotomía al canto. No sé lo que vería, quizás que me estaba desgarrando.

En un momento dado alguien me dijo: "pero mira, mira ahora, que te vas a perder lo más bonito" (empujaba con los ojos cerrados, claro). Abrí los ojos, miré, y justo vi como alzaban al niño para ponérmelo piel con piel. Eran las 22:05.
23 horas y media después de romper la bolsa.

Un segundo duró el piel con piel. :No me dio tiempo ni a verlo, en seguida lo cogieron y se lo llevaron a una especie de cuna que había en frente y allí empezaron a reanimarlo porque, por lo visto, no arrancaba a respirar.

No fue nada agradable ver eso justo en frente. Pitidos por todos lados y dos o tres personas haciendo miles de cosas a una cosita tan pequeñita. A mi madre le dijeron que se acercara para hacer ver que no era nada grave.

Al final, se lo llevaron en una cuna de esas que están cubiertas por todos lados y pasó la noche en neonatos. Mientras me cosían, que tardaron un montón, mi madre pudo ir a verlo y le hizo una foto.
Cuando se lo llevaron me dijeron varias veces que no me preocupara, que la noche la pasaría con nosotras. Bien, pues cuando volvió mi madre fue la que me dijo que no, que pasaría la noche allí. Y yo me derrumbé.

Gracias a esa foto pude entrar después yo a verle más o menos entera. Iba preparada y sabía que me lo iba a encontrar lleno de cables. Muy duro.



Estuvimos en la sala de dilatación hasta casi las 3 de la mañana; hasta que mi madre se cansó y salió a preguntar que cuando iba a venir ese celador que nos prometieron para subir a la habitación.

La mañana anterior había visto como salía una pareja de una de las salas de dilatación; el papá andando y la mamá en una silla de ruedas con su bebé en brazos. Y así había imaginado que iría yo también, pero la realidad fue otra.

Una vez en la habitación, fuimos a neonatos (está abierto las 24 horas para los padres) pero poco podíamos hacer allí...
Por cierto, al ser madre soltera, tuvieron que coger los datos de mi madre para que fuera ella, y no un padre inexistente, la que pudiera entrar a esa sala siempre que quisiera.
En ese momento me pidieron autorización para ponerle no se qué crema en los ojos y no se qué inyección de vitamina K, creo, que se hace por protocolo a todos los bebés. Por supuesto, dije que sí.

Volvimos a la habitación, tristes, pero dispuestas a descansar lo que pudiéramos.

A la mañana siguiente, me agobié un montón al ir al baño porque me dí cuenta de que no era capaz de cortar el chorrito de la orina, cosa que antes sí podía. Pero esa es otra historia que contaré cuando tenga otro rato; y es que nadie te cuenta que la incontinencia puede ser bestial.

Mientras desayunaba, mi madre bajó a pedir cita para registrar al niño en el Registro Civil desde el hospital. Supongo que sabéis que eso se puede hacer y es muy cómodo. Tenéis 72 horas para registrarlo en el hospital y os ahorráis el ir presencialmente al Registro.

Os lo ahorráis si sois una familia tradicional, claro, porque no fue mi caso. Y ahí me volví a derrumbar. La gota que colmó el vaso...la gota más tonta quizás, pero la que cerraba un cúmulo de dificultades.

Subió mi madre muy enfadada diciendo que le habían dicho que si no había padre no era posible hacer el registro desde allí.....¿¿¡¡CÓMOOOO??!! No podía ser. No podía ser porque sabía a ciencia cierta que en otros hospital sí se hacía. Porque en la normativa pone que se puede hacer. Y porque el sentido común del siglo XXI me decía que era imposible que pusieran un impedimento así a estas alturas.

No poderlo hacer desde el hospital significaba que tenía que salir con un niño recién nacido en pleno enero (aunque ha sido un invierno caluroso, esos días hacía frío) con una madre que apenas se podía sentar y que además corría el riesgo de mearse por el camino con el agravante de que el Registro Civil de Torrejón funciona fatal. Sin cita previa, tienes que ir a hacer cola a que te den uno de los 15 números que dan para hacer el trámite.

En fin, sigamos, que ahora viene lo mejor.

Pasado el berrinche de la barrera administrativa discriminatoria vino lo mejor del día. ¡¡ME LLEVARON AL PEQUE A LA HABITACIÓN!! No me lo esperaba; mi cabeza ya se había hecho a la idea de que estaría más tiempo en neonatos...¡pero no!. Lo llevaron a la habitación y me llevé una grata sorpresa. Estaba bien, solo tenía hambre.
Le había costado respirar después de un parto traumático y le tuvieron que poner oxígeno y no sé qué más...el caso es que al día siguiente estaba perfectamente.


El siguiente paso era darle el pecho y está demostrado que cuando hay una separación madre-hijo tan temprana el enganche es más difícil. Y así fue. No había manera, cada toma era una lucha para que se enganchara. Allí todo el mundo que si ponle así, que si ponle asá, haciéndome pinza, poniendo pezonera...en fin...complicado. Cada 3 horas tenía que despertarle para comer y cada 3 horas el mismo agobio.



El peque pesó 2300kg, poquito, y casi casi después de cada toma tenía que avisar a la enfermera para que le hicieran una prueba de glucemia y controlar así que no tuviera una bajada de azúcar. Al pobre le dejaron los talones, que es donde pinchan, como un colador. Y claro, después vino la famosa prueba del talón...más pinchazos.



Ingresé un sábado (porque el viernes, con la cita cogida, me mandaron para casa), nació el domingo por la noche, y el miércoles después de comer me dieron el alta.

Antes del alta le pesaron y calcularon que no había perdido más de un 8% del peso al nacer y ¡para casa!

Según tenga tiempo, os iré contando más.




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