lunes, 3 de abril de 2017

Semana Santa aconfesional

A pocos días del comienzo de la Semana Santa, me apetece escribir sobre un tema controvertido, aunque nada que tenga que ver con el tema del blog...aunque en realidad en "Proyecto de Madre" entra todo.
¿Creéis que la celebración de la Semana Santa es un síntoma de la no separación Iglesia-Estado?
España es un estado aconfesional en el que la libertad religiosa es un hecho, por mucho que algunos se sientan “perseguidos” (y con esto me refiero a católicos y no católicos). Pero, no lo olvidemos, es de tradición católica. Nuestras fiestas, nuestras costumbres, etc etc  son de inspiración católica. ¿Quiere esto decir que el Estado deba garantizar una educación católica en las escuelas y en el ámbito público? Rotundamente NO.
En la escuela no debe enseñarse la práctica de la religión católica ni de ninguna otra. Pero sí debe enseñarse la historia y particularidades de ésta y de cualquier otra, creo yo. 
¿Qué hay de malo en montar un Belén en un colegio? NADA. Es cultura, conocimiento. 
Ningún practicante de otra religión debería sentirse ofendido. Ya sabe que está en un país de tradición católica y, si su hijo va a disfrutar las vacaciones de  Navidad, lo lógico es que  sepa qué se está celebrando.  No por nada, sino por cultura general. Por aquello de que el saber no ocupa lugar. Por crecer en conocimientos. Lo mismo pasa con la Semana Santa, con la fiesta de San José, con el “puente de Diciembre”, etc….  Y con cualquier otra fiesta, religiosa o no. A mí me gusta saber por qué se celebran las cosas...seré rara...
Personalmente me habría gustado que me hubieran enseñado más historia de las religiones y menos  recitar el Credo.  A rezar debe enseñarse en casa. Empaparse de conocimientos sobre religiones e historia debe hacerse en la escuela.
Ahora bien, la Semana Santa es una manifestación religiosa que invade calles y plazas y resulta molesto para mucha gente. Cierto. Pero también se cortan calles y plazas con cualquier otra fiesta, como las Fallas, o como cuando gana un equipo de fútbol, o con la cabalgata de reyes, o cualquier otro desfile o celebración … y puede resultar igual o más molesto, pero no escucho tanta crítica. 
Si cortan la calle porque ha ganado el Madrid y se queda la ciudad hecha un asco, no pasa nada, pero si se hace porque discurre una procesión la crítica es destructiva. (Sabemos que en cualquier evento que suponga aglomeración de gente las calles van a acabar llenas de mierda. La Semana Santa no va a ser menos.)
La Semana Santa es fuente de ingresos para muchas ciudades de España. Sin ella, mucha gente no come. En estas ciudades  es algo más que religión. (si fuera sólo religión seguramente no me gustaría tanto.). Es tradición, es cultura y escultura, es arte, es música, es esfuerzo por mejorar y hacer disfrutar a quien lo ve, es sentimiento, es pasión. Y es trabajo para muchísima gente, es turismo, es hostelería y gastronomía. Es riqueza para la ciudad.
Y también es generosidad y solidaridad. Porque, muchos no lo saben, pero las cofradías participan activamente en programas de ayudas a los más desfavorecidos. (Mírese Fundación Corinto o Fundación Lágrimas y Favores, en Málaga).
Las cofradías son pueblo y el pueblo es variado en su forma de ser, de creer y de sentir. Las cofradías que yo conozco son más pueblo que Iglesia, y por eso me gustan.
Hay quien critica la forma de celebrarla del sur, con su alegría y bullicio, porque dicen que debe ser momento de oración y recogimiento. Y sin embargo, ese momento de oración, recogimiento y penitencia también lo ven como algo aburrido, de otro tiempo, un sufrir inútil por algo intangible. Nada gusta a todo el mundo. Solo hay que dejar que cada uno lo viva como quiera.
Yo soy más de la forma del sur; creo que Jesús nos querría alegres. Pero los momentos de recogimiento (que también existen en el sur; hay muchas cofradías y no todas son alegres) son necesarios igualmente; no solo en el ámbito religioso, lo son en la vida en general.
Hay tantas formas de vivir la Semana Santa como personas.
En mi caso, que no soy una persona religiosa, no sabría explicar por qué me emociono cuando veo un trono bien llevado al son de la música (o incluso cuando no pueden salir por la lluvia). Creo que es por el esfuerzo que toda esa gente hace para llevarlo a cabo. No es tanto que arriba lleven una imagen que represente a Cristo (que sí, que es un trozo de madera, vale, pero un trozo de madera tallado por una persona. El David de Miguel Ángel es un trozo de piedra y todo el mundo reconoce que es arte...pues lo mismo), es todo lo de alrededor, son las personas que lo hacen. Es algo curioso que no se puede explicar.
¿Qué por qué tanto lujo y tanto oro gastado en tronos y Vírgenes? Pues sencillamente porque intrínsecamente a eso es por lo que las cofradías pueden ayudar a los demás a través de esas fundaciones o de las Iglesias donde estén ubicadas. Y  porque para los tuyos siempre quieres lo mejor. Llámale inversión si quieres. Por la misma razón por la que en un negocio se cuida la imagen para atraer clientes. Y porque quieres lo mejor para tu negocio, igual que los cofrades quieren lo mejor para su cofradía. Los beneficios sacados de esa inversión son incontables, ya que están repartidos entre muchísima gente.
Cuando una fiesta da tanto a una ciudad, lo menos que puede hacer el ayuntamiento es cuidarla y apoyarla. Da igual que sea religiosa o no, cada cual puede sentirlo como quiera. La administración pública simplemente debe apoyarla para que esa gente que vive de ella mantenga sus ingresos, su trabajo y siga generando beneficios.
Aun así seguramente haya gente que no lo entienda. No les culpo. Las Fallas, por poner un ejemplo, a mí tampoco me emocionan y no las entiendo. Pero no por nada, seguramente por desconocimiento de lo que eso significa para los valencianos. Hay cosas que si no se viven y no se sienten, no se entienden.  Y no pasa nada; no hace falta sentirlo todo. Simplemente hay que respetarlo, y, si quieres, intentar conocerlo.

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